No solo de turismo religioso vive la `Ciudad Madre', o de la `Cuna de la Raza Paisa', como es llamada por haber sido la primera capital del departamento de Antioquia, antes de que Medellín se quedara en 1826 con ese título.
Al encanto de sus calles (las principales son las del Medio, la Mocha y la de la Amargura) y sus casas, que casi siempre tienen las puertas y ventanas abiertas, se suman otros atractivos.
Santa Fe de Antioquia (para llegar hay que pasar por el Túnel de Occidente, el más largo del país, con 4,6 kilómetros) hace parte de la Ruta del Sol y de la Fruta, un circuito que incluye a varios municipios del occidente antioqueño, como Sopetrán y San Jerónimo. Pocos lo saben, pero es considerada la ciudad del tamarindo, ese dátil de la India que se extendió por el mundo a través de la cocina árabe.
Aunque, entre otras, también produce chirimoya, mango, mamoncillo, zapote, guanábana, naranja, maracuyá y níspero. Y sigue siendo una buena opción para comprar artesanías en cerámica, oro en filigrana y objetos en fique y palma de iraca. Frutas y artesanías se consiguen en la feria que de lunes a lunes rodea la plaza principal del pueblo. Y que también les da cabida al arequipe, las galletas, los corozos y las confituras de coco.
Recorrer Santa Fe de Antioquia a pie es facilísimo. Pero no es mala idea dar un paseo en carroza por sus calles principales o alquilar un mototaxi (más conocidos como "motorratones") para darle la vuelta al municipio y conocer sus alrededores.
En esta especie de cabinas que le ponen color al pueblo, el turista puede hacer un recorrido exclusivo por las iglesias, acompañado de comentarios de los conductores, vestidos con camisas hawaianas de enormes flores blancas sobre un fondo rojo. O un recorrido que incluya las casas y haciendas que sirvieron de locación para la famosa novela La casa de las dos palmas, basada en el libro de Manuel Mejia Vallejo, y llegue hasta el Puente Colgante de Occidente.
El Puente Colgante de Occidente, que data de 1895, es una imponente construcción de madera que se sostiene gracias a una base de cal, arena y sangre de toro (una mezcla que era de las más resistentes para la época) y tensores de acero. Está a solo cinco kilómetros del municipio, mide 291 metros y fue declara do Monumento Nacional en 1978. Santa Fe de Antioquia ha sabido mantener su pasado colonial muy vivo, y eso es algo que en Colombia no han logrado muchos sitios.
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